Este tríptico está formado por tres tablas de skate realizadas con madera de arce canadiense de grado A en 7 capas.
© Estate of Jean-Michel Basquiat. Licencia de Artestar, Nueva York.
Skull (1981) es una de las obras más icónicas y enigmáticas de Jean-Michel Basquiat, que refleja la compleja relación del artista con la vida, la muerte y la identidad. Creada durante una de las primeras fases de su carrera, esta obra se caracteriza por su estilo crudo y expresivo, pero también por su capacidad para transmitir un mensaje profundo y multifacético.
La pintura muestra un cráneo de gran tamaño, que es a la vez grotesco y vibrante. Los contornos de la calavera son simples pero poderosos, con trazos angulosos y líneas dramáticas. Basquiat utiliza una paleta de colores contrastantes, predominando los tonos cálidos y terrosos, como el rojo, el naranja y el amarillo, junto con toques de azul y blanco. El cráneo parece estar casi desbordando de energía, lleno de marcas y texturas que evocan una sensación de violencia y caos.
El cráneo no es solo un símbolo de muerte, sino que también tiene connotaciones de lucha interna y sufrimiento personal. Basquiat, conocido por su historia personal marcada por la adversidad, utiliza la figura del cráneo para explorar temas como la fragilidad de la vida y la deshumanización de las personas, especialmente en las comunidades afroamericanas. En su obra, la muerte no se presenta solo como un concepto abstracto, sino como algo muy real y cercano, conectado con la experiencia cotidiana de quienes enfrentan la violencia, el racismo y la pobreza.
A través de esta obra, Basquiat también aborda la identidad y la alienación, ya que el cráneo, con sus facciones exageradas y deformadas, puede verse como una representación de un individuo despojado de su humanidad o de su identidad cultural, particularmente en el contexto de las experiencias de las comunidades negras en Estados Unidos. A menudo, Basquiat incorpora en sus obras palabras, frases y símbolos que reflejan su interés en los mensajes crípticos y la desconstrucción de significados, y Skull no es la excepción.
El cráneo, a menudo relacionado con la mortalidad, en el contexto de Basquiat también puede sugerir la implacable presencia de la opresión social y cómo, en muchos casos, la vida de las personas está marcada por circunstancias fuera de su control. Este enfoque de la muerte es una forma de Basquiat de dialogar con los traumas colectivos y personales que definieron su vida, así como con las tensiones raciales y sociales de su tiempo.
Skull es una obra llena de energía, con una fuerte carga simbólica, que se aleja de los convencionalismos y ofrece una visión cruda y directa sobre la vida, la muerte y la lucha existencial. Es un ejemplo de cómo Basquiat utilizaba el arte para expresar sus emociones más profundas, desafiando la representación tradicional y creando una obra que sigue siendo relevante hoy, tanto por su mensaje como por su estilo único.