Tabla de skate realizada con madera de arce canadiense de grado A en 7 capas.
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Happy Tears (1964) fue una de las últimas obras que Roy Lichtenstein pintó antes de su primera gran exposición individual en la Leo Castelli Gallery de Nueva York, un hito que marcó su consagración definitiva en el mundo del arte contemporáneo. La obra muestra a una mujer rubia con lágrimas en los ojos, pero con una expresión serena y satisfecha, casi triunfal, lo que introduce una ambigüedad emocional que se aleja del dramatismo típico de los cómics románticos de los años 50 y 60.
La imagen fue tomada de una viñeta de la serie Secret Hearts, publicada por DC Comics en 1962. Lichtenstein eliminó cualquier texto o contexto narrativo para centrar la atención exclusivamente en el rostro de la mujer. Al aislar la escena y ampliarla, la expresión adquiere una nueva dimensión: ¿son lágrimas de alegría auténtica o una especie de alivio irónico? Esa ambigüedad es clave en la obra de Lichtenstein, quien jugaba constantemente con el lenguaje visual de los medios de masas.
Un dato curioso es que Happy Tears fue subastada por Christie's en 2002, alcanzando los 7.1 millones de dólares, lo que en ese momento representó uno de los precios más altos pagados por una obra del artista. Además, se ha convertido en una de sus imágenes más reconocibles, reproducida ampliamente en libros, pósters y objetos de consumo, reforzando el mensaje del propio Lichtenstein sobre la mercantilización del arte y su circulación masiva.