Serigrafía sobre papel museo de alto gramaje, posterior a Andy Warhol y editada por Sunday B. Morning. Inscripciones en el dorso: "Published by Sunday B. Morning" y "Fill in your own signature". Reflejada en el catálogo de Feldman & Schellmann "Andy Warhol's Catalogue Raisonne". Incluye certificado de autenticidad de Sunday B. Morning.
Desde su lanzamiento, la serie Mao ha sido objeto de múltiples interpretaciones. Algunos críticos la ven como una sátira directa a la propaganda comunista, mientras que otros la interpretan como una fascinación genuina de Warhol por la imagen del poder absoluto.
Por un lado, la descontextualización del retrato de Mao y su tratamiento pop parecen ridiculizar el culto a la personalidad promovido por los regímenes totalitarios. Al aplicar colores llamativos y un enfoque lúdico, Warhol convierte la imagen del líder comunista en algo superficial y decorativo, restándole el peso ideológico con el que había sido concebida en China.
Por otro lado, Warhol siempre evitó hacer comentarios políticos explícitos. Su obra a menudo se interpretó como ambigua, y en el caso de Mao, algunos argumentan que más que una crítica, es una reflexión sobre la universalidad de la imagen del poder. De hecho, Warhol siempre estuvo fascinado por las figuras influyentes, desde Jackie Kennedy hasta Mick Jagger, y Mao simplemente se sumó a su galería de iconos globales.
Curiosamente, Warhol visitó China en 1982, una década después de la creación de la serie. Sin embargo, nunca se expuso su colección Mao en el país durante su vida, ya que la imagen del líder seguía siendo un tema extremadamente sensible en la sociedad china.