Este tríptico está formado por tres tablas de skate realizadas con madera de arce canadiense de grado A en 7 capas.
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Kiss V (1964) de Roy Lichtenstein es una pieza que explora las emociones y las relaciones a través de su característico estilo de comic art, pero con un giro irónico y distanciado. Esta obra pertenece a la serie de Kiss, que es una de las más conocidas dentro del pop art, un movimiento en el que Lichtenstein es una de las figuras clave. Al igual que en otras obras suyas, en Kiss V el artista utiliza imágenes tomadas de cómics, pero no las reproduce simplemente; las transforma, exagerando ciertos elementos visuales y estilísticos, haciendo que la imagen se convierta en algo más que una representación gráfica de una escena.
La pintura muestra a dos figuras, un hombre y una mujer, en un abrazo apasionado, sus rostros tan cerca que los labios casi se tocan. Sin embargo, lo que hace que esta escena sea única y típica de Lichtenstein es la forma en que se presenta. El estilo visual de Kiss V está marcado por líneas de contorno gruesas y colores planos, combinados con los característicos puntos Ben-Day, una técnica utilizada en la impresión comercial para crear sombras y tonos en las imágenes.
Lo fascinante de la pieza es la forma en que Lichtenstein juega con la exageración emocional y la artificialidad. El beso es representado de manera que, en lugar de capturar la intensidad o la intimidad genuina de un momento romántico, se convierte en una imagen distante, una pieza de consumo visual más dentro de la cultura de masas. La escena parece despojada de cualquier matiz emocional real; está exagerada y mecanizada, una metáfora de cómo las emociones humanas pueden ser consumidas y replicadas en el cine, los cómics y la publicidad.
La obra también refleja una crítica implícita a la idealización de las relaciones románticas que se presentan en los medios populares. Los personajes de la pintura no parecen tener una conexión emocional genuina, sino que están atrapados en una representación superficial del amor, como si fuera solo una imagen más en una cadena de producción cultural.
En cuanto a la repercusión, Kiss V se considera uno de los ejemplos más icónicos de cómo Lichtenstein pudo tomar elementos de la cultura popular y transformarlos en arte contemporáneo, cuestionando la relación entre el arte y la cultura de consumo. La obra resalta cómo los cómics, un medio considerado "bajo" en comparación con las artes tradicionales, puede ser utilizado para explorar temas universales como el amor, el deseo y la emocionalidad, pero desde una perspectiva crítica y reflexiva.
Kiss V es una pieza de alto impacto que invita a la reflexión sobre cómo las emociones y las relaciones son representadas, consumidas y recicladas en la cultura visual contemporánea. Lichtenstein, al igual que en otras obras, no solo celebra estos temas, sino que también los desafía, invitando al espectador a cuestionar la autenticidad de las emociones mediáticas que consumimos.